Comenzamos la ruta desde el Puente del Tajuña en la localidad de Tielmes para alcanzar en pocos metro el Risco de los Mártires donde se ubica la ermita de los Santos Niños. Merece una paradita por lo hermoso y sencillo del lugar. Continuamos siguiendo la ruta marcada que va paralela al río y que está plagada de huertas, viñedos y olivares. Muchos olivares están abandonados y otros han sufrido duras amputaciones seguramente motivadas por una gran helada o por el ingenio de la propiedad que decidió tomar tan drástica decisión.
Llegando a Carabaña hay que tomar la bifurcación de la señal del Tren de los 4o días…que vista desde abajo desanima pues es de inclinada prolongación. Merece la pena el esfuerzo por la panorámica.
A unos dos kilómetros ya empieza a verse la sobrecogedora imagen del trazado original y el esfuerzo que tuvieron que hacer sus constructores.
También llamada Vía Negrín fue construida, dicen, en tan sólo cuarenta días para abastecer a un Madrid asediado por las tropas de Franco.
Ferrocarril estratégico de vida efímera, hoy parte de su recorrido es una vía de escape para la cercana capital y un apacible paseo por el territorio agrícola del sureste madrileño.
El resto del camino tiene subidas y bajadas constantes y en esta época está precioso con los campos de cereales verdes. En verano no es muy recomendable por la falta de sombra y agua.
A la vuelta hay que hace parada en Carabaña que, a pesar de ser conocida por sus aguas, los olivos son los protagonistas. Primero en su escudo y ahora con el «aparcamiento» de olivos centenarios y milenarios que una empresa local tiene para la venta y que se puede visitar.