La bodega está situada en el kilómetro 171 de la A1 a Madrid, en el municipio burgalés de Gumiel de Izán, es la única bodega del mundo diseñada por el estudio de arquitectura Foster & Partners. Esto hace que la visita en sí, al margen de sus vinos, ya merezca la pena.
La visita dura alrededor de hora y media donde recorres desde el exterior, patio de recepción de la uva, hasta la sala de barricas. De todas las bodegas que he visitado quizás sea la que ha logrado con mayor acierto la funcionalidad con la belleza arquitectónica.
Quizá lo más decepcionante es la tienda que para nada está a la altura arquitectónica ni funcional del resto de la bodega. El restaurante no lo visité por lo que no os puedo hablar de la parte gastronómica.
Al margen de la cata final (dos vinos discretos y para nada a la altura de la monumental Bodega) y la tienda (sin precios la mayor parte de los vinos), es una visita súper recomendable.
Si queréis saber más alrededor del mundo del Vino os aconsejo visitar la web Escuela Europea de Cata
